El hombre se ha sentido siempre fascinado y, simultáneamente, atemorizado por el fondo del mar. La mitología siempre ha creído que las regiones submarinas estaban habitadas por terribles monstruos que destrozaban barcos y engullían personas, o sirenas que atraían con sus cantos a los incautos marineros que se encaminaban a una muerte segura, una auténtica síntesis de abismo marino y mujer fatal.
Fue la invención de la bombona autónoma de oxígeno, el hecho que abrió este mundo “terrible” a las personas que gustan del buceo y de descubrir aquello que hay debajo del agua, un sitio donde la gravedad deja de surtir efecto y que como auténticos pájaros, nos permite sobrevolar y disfrutar de un mundo de increíble belleza y colores nunca sospechados.
Con este artículo pretendemos que descubráis algunas de las zonas de la costa española donde bucear es una auténtica delicia.